EMPRENDIMIENTO COLOMBIANO: POTENCIAL CREATIVO PARA EL
DESARROLLO NACIONAL
Ing.
Juan Bautista Franco Clavijo
Asesor
MIPYMES
Grupo
Integrado de Emprendimiento, Empresarismo y Fondo Emprender
SENA – Dirección
General
Los Colombianos nos
hemos caracterizado y hemos sido reconocidos internacionalmente por ser gente
creativa, trabajadora, que ha aprovechado muy bien la “iniciativa criolla”, en
algunos casos desafortunadamente mal canalizada en actividades no santas, que
si se hubiesen capitalizado en proyectos lícitos, otro cuento sería nuestro
país. No obstante, la energía generadora de emprendimiento colombiano no ha
parado y día a día adquiere mayor relevancia.
Sin ir muy lejos, en
el pasado siglo es de reconocer el proceso de industrialización del país, que
grandes forjadores adelantaron principalmente en ciudades como Bogotá,
Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga, sin desconocer los emprendimientos
propios en otras localidades con participación de pequeñas y medianas empresas,
que en muchos casos han sido escuela de aprendizaje de empresas de familia,
algunas de las cuales con el tiempo se volvieron grandes, proceso que
adicionalmente se complementó con la instalación de contadas empresas
extranjeras.
Otro emprendimiento
importante de reconocer es el de innumerables compatriotas que con gran
esfuerzo, con deseos de solucionar problemas de desempleo, de aprovechar algún
dominio o conocimiento tecnológico, o simplemente de gozar de independencia al
encontrar oportunidades de negocio, casi de manera empírica e informal,
adquirió un desarrollo progresivo desde la década del 70, arriesgando pequeños
ahorros personales o de familia, capitales logrados con tesón, o que
recurriendo a fuentes informales de financiación destinaron a micronegocios,
generalmente dedicados a actividades económicas tradicionales, dando inicio a
un ejercicio más formal con el apoyo de entidades privadas como la Fundación
Carvajal de Cali, a programas de microempresas, que impulsados posteriormente
por diferentes gobiernos en alianza público – privada, desencadenó en el Plan
Nacional para el Desarrollo de la Microempresa – PNDM entre los años 1984 y
1994.
Hacia el año de 1990,
de acuerdo al Censo Económico Nacional del DANE, sin incluir el sector
primario, en Colombia existían 948.324 microempresas de menos de 10
trabajadores, que representaban el 94.7% de las 1.001.398 empresas encuestadas,
claro está que dicho número podría haber sido mayor, pues la cultura de sus
propietarios por eludir ciertos aspectos legales, los llevaba a desarrollar sus
actividades en el interior de viviendas o si se quiere “a puerta cerrada”, sin
contar por lo tanto con avisos que permitieran su fácil ubicación. Lo cierto es
que el PNDM de alguna manera incidió para que algunas microempresas se
formalizaran.
Así se evidencia en
el estudio de 1995 del extinto IFI y CONFECAMARAS, que del total de 407.235
empresas inscritas en las Cámaras de Comercio del país, 86% eran microempresas.
Se podría desde este punto de vista afirmar que Colombia se convirtió en un
potencial semillero natural de emprendimientos.
En la década del
ochenta, además un aporte importante es el inicio de actividades y programas de
“espíritu empresarial”, es el caso del ICESI de Cali, la EAN, la Universidad de
los Andes y la CUN en Bogotá, y el SENA a nivel nacional con su programa de Formación
y Asesoría a Creadores de Empresa – FACE, que buscaban promover cultura hacia
lo empresarial, a la generación de nuevas empresas y alternativas de
autoempleo. El ICESI por ejemplo realiza desde 1987, de manera periódica y con
énfasis en la investigación, el “Congreso Latinoamericano de Espíritu
Empresarial”, con 16 versiones en las que han participado aproximadamente 4 mil
personas, principalmente estudiantes de pregrado.
Por su parte,
COLCIENCIAS en los inicios de la década del 90, y contando con la posterior Ley
de Ciencia y Tecnología, adelanta entre otras importantes actividades, la de
promover la constitución de incubadoras de empresas de base tecnológica. La
primera hacia 1994 fue INNOVAR en Bogotá y alrededor de esa época se adelantó
una experiencia en Pereira que no perduró, posteriormente aparecen la
Incubadora de Empresas de Base Tecnológica de Antioquia, la de Santander y
Cali. Hoy gracias al impulso del tema por parte del SENA suman ya 34 de ellas
que hacen parte del Sistema Nacional de Creación e Incubación de Empresas,
algunas en su fase de arranque, a través del cual se ha promovido la
conformación de 801 empresas que han aportado 6.901empleos.
La Cámara de Comercio
de Bogotá por su parte, estableció el Centro Nueva Empresa, que en el 2005
obtuvo como resultado la creación de 1.283 empresas, y además incursionó en la
realización de la “Feria de Jóvenes Empresarios”,
que en sus dos versiones en Corferias ha contado con la participación de 547
emprendedores. Actualmente lidera la constitución del Centro de Emprendimiento
de Bogotá.
Complementario a
ferias de emprendimiento, un necesario medio de identificar oportunidades de negocio, de mercadeo de
productos y servicios con lo cual se actúa
en una de las grandes dificultades de las nacientes empresas, se volvió casi una constante en muchas universidades,
así como las denominadas Expoemprendimiento con la participación de 9
Regionales del SENA que durante el último año, promovió 200 proyectos
emprendedores, con ventas cercanas a los 63 millones de pesos.
También es de
reconocer como en contados casos se han producido intentos fallidos como el de
Fundaempresa Bogotá, que no dio sus frutos esperados, pero que en su corta
existencia aportó al desarrollo del tema, por el contrario, la de Pereira se
mantiene en sus propósitos, mientras que otros programas como el Presidencial
“Colombia Joven”, pretende que 900 empresas estén participando en ruedas de
negocios y la sensibilización en emprendimiento de 14.000 jóvenes. Además, ha
liderado la constitución de la Corporación Emprendedores Colombia con sus
usuarios.
Entretanto, el
Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, de una parte ha promovido la
Cátedra de Creación de Empresas con Impacto Nacional y Futuro Internacional –
CEINFI, que cuenta con 247 instituciones de educación superior inscritas y 15
colegios, 41.379 estudiantes inscritos, y 971 planes de negocios desarrollados,
y de otra, ha liderado y operativizado junto con la Incubadora de Antioquia la
Cátedra Virtual de Creación de Empresas de Base Tecnológica, que en sus cuatro
promociones ha contado con 2.062 participantes apoyados con TICs. Actualmente
el Mincomercio lidera a nivel de los Consejos Superiores de Microempresa y de
PYMES, la mesa temática de Emprendimiento y Creación de Empresas, donde una de
las tareas se centra en la reglamentación de la reciente Ley de Emprendimiento.
En virtualización,
además de lo que se encuentra en algunas pocas páginas web de instituciones
nacionales, está el aporte del SENA con la Cátedra de Pensamiento Empresarial
que incluye un modelo de plan de negocios que ha generado un hito en un medio
donde no existe mayor cultura en la formación virtual, pues con en el uso de la
Internet, más de 20 mil emprendedores han participado desde el 2004, lo que
sumado a iniciativas particulares como la del estudiante-emprendedor Orlando
Javier Rios Mantilla de Cúcuta, creando la “Comunidad Emprendedora SENA”
(www.senaemprende.blogspot.com) pretende que sea un espacio para congregar a
las personas que trabajan la temática del emprendimiento, fortaleciendo de
manera constructiva y grupal el pensamiento empresarial.
Otra manera de sacar
a flote iniciativas y capacidades emprendedoras son los concursos de planes de
negocio, cuyos ganadores han sido favorecidos con llamativos premios, siendo
las experiencias más reconocidas la de Ventures, que desde el 2000 ha inscrito
en las diferentes convocatorias anuales unos 5 mil emprendedores, y el Desafío
SEBRAE originario del Brasil, que es operado en Colombia por ACOPI y el CINSET,
logrando que 656 grupos emprendedores compitieran alrededor de una idea de
negocio, propuesta por los organizadores en las dos primeras versiones en el
país.
No despreciables son
tampoco los 331 microemprendimientos con créditos promedio cercanos a los 500
mil pesos, que han generado 897 empleos, a través del Programa de Promoción de
Derechos y Redes Constructoras de Paz liderado por la Consejería Presidencial
de Programas Especiales.
Iniciativas frescas
como la de Caldas Emprendedora, una red de entidades relacionadas con la
creación y fortalecimiento empresarial que retoma la experiencia de Actuar
Antioquia para la generación de microempresas, con su slogan “Todos los sueños
hechos empresa ¿cuál es el suyo?”, incitan a una creativa nueva clase empresarial
para potencializar el desarrollo económico regional, o como el de la Fundación
Corona con apoyo del BID en el programa de “Jóvenes con empresas”, se adicionan
en este rápido recorrido por identificar y compartir el emprendimiento
colombiano como muestra del potencial creativo disponible para el desarrollo
nacional.
Respecto a
legislación, se agrega en este recorrido favorablemente la Ley MIPYME que
incluye un capítulo referido a la creación de empresas, adicionalmente se
cuenta con la Ley 1014 de enero de 2006 de Fomento a la Cultura del
Emprendimiento. No es todo lo que se esperaría, pero estas permiten avanzar
progresivamente en el proceso emprendedor colombiano.
La Ley de Reforma
Laboral 789 de 2002 dio paso a la conformación del Fondo Emprender del SENA,
por medio del cual se han beneficiado alumnos de esta Entidad, universidades y
profesionales egresados con no más de dos años de haber obtenido su primer
título profesional, mediante 3.158 planes de negocio avalados a la fecha,
beneficiarios de recursos de capital semilla hasta por el equivalente a 224
salarios mínimos legales mensuales vigentes, que en el 2006 representan
alrededor de 91 millones de pesos, recursos estos que al igual que los 100 millones de pesos de tope para
beneficiar proyectos evaluados y aprobados
para la creación de empresas por medio de las incubadoras, deja ver que no estamos tan mal en Colombia, no
obstante las limitaciones financieras propias de nuestro entorno, si se compara
con la experiencia de la Organización para Pequeñas y Medianas Empresas e
Innovación Regional del Japón, que dispone de recursos anuales hasta por el
orden de 26 mil millones de dólares, que para el caso de creación de empresas,
los emprendedores reciben subvenciones hasta por 50 mil dólares, equivalentes a
unos 110 millones de pesos colombianos, los cuales se desembolsan a más tardar
en un año después de cumplir con las metas establecidas en el cronograma.
Suman al
emprendimiento colombiano en aspectos financieros, el convenio entre el SENA y
la Secretaría de Hacienda del Distrito, con el Programa Bogotá Emprendedora,
que dispone de 20 mil millones de pesos para apoyar la creación de
microempresas en la Capital del país.